Alejandra Míguez: Fe, pérdida y una voz que vuelve a florecer

La industria cristiana de la música en español ha sido testigo del regreso de una voz que marcó una generación: Alejandra Míguez, artista cubano-guatemalteca, líder de adoración y ganadora de un Premio Dove, vuelve a los escenarios con una historia más profunda que la música misma: una historia de fe, pérdida, dolor y esperanza. Alejandra comenzó su ministerio a la temprana edad de 13 años en su natal Miami, Florida. A los 16, hizo historia al convertirse en una de las artistas más jóvenes en ganar un Premio Dove al “Mejor Álbum en Español del Año” con su proyecto debut “Si Alguna Vez”. Desde entonces, su carrera se perfilaba como una de las más prometedoras dentro del ámbito de la música cristiana. Con dos álbumes más en su trayectoria —“Tengo Mis Ojos en Ti” y “Hasta Que Llegaste Tú”— Alejandra consolidó su lugar en la escena musical. Sin embargo, detrás del escenario, Dios estaba escribiendo una historia mucho más íntima en su vida: la de una mujer que, tras entregarle su juventud al ministerio, tuvo que caminar por uno de los valles más oscuros: la pérdida de sus hijos gemelos. “Yo prometí servirte, Señor, entregarte mi juventud. Y ahora que quiero formar una familia, me pasa esto”, confesó Alejandra en una entrevista reciente. Después de quedar embarazada de gemelos, Alejandra y su esposo enfrentaron un momento devastador al perder ambos bebés. A los cuatro meses de gestación, y con un embarazo ya avanzado, vivieron una prueba que la artista describe como una de las más dolorosas de su vida. En medio de esa oscuridad, Alejandra encontró refugio en la oración, la palabra de Dios y el consuelo que solo Él puede dar. Las palabras de su madre fueron clave en ese proceso: “Dios sabe lo que está haciendo. Todo obra para bien”. Tiempo después, llegó el milagro. Alejandra dio a luz a su primera hija, Fe, nacida prematura, con apenas 4 libras, tras un embarazo de alto riesgo y diagnóstico médico negativo. Aún cuando los doctores aseguraban que el embarazo no llegaría a término, Dios escribió otro final. Hoy, Fe tiene casi 10 años y comparte con su madre el amor por la música y la adoración. Más adelante, la familia fue bendecida con su segunda hija: Esperanza. Con ellas, Alejandra no solo encontró sanidad, sino inspiración para volver a cantar y escribir. Después de una pausa de diez años, Alejandra Míguez regresa con una nueva etapa musical. Su proyecto más reciente, el EP “Todo obra para bien (Acústico)”, refleja no solo madurez artística, sino también una vida transformada por la gracia. En él, reinterpreta algunas de sus canciones más conocidas con una sensibilidad renovada, incluyendo el sencillo “Mil Años (Acústico)”, una súplica por volver al primer amor con Dios.

“Hoy entiendo que mis procesos no fueron en vano. Cada lágrima, cada oración, hoy son canciones que pueden abrazar a otros”, afirma Alejandra. Con su música, Alejandra Míguez sigue cumpliendo su llamado: ser voz para los que atraviesan el dolor, testimonio de sanidad para quienes han perdido la esperanza y, sobre todo, una adoradora genuina que ha aprendido que los milagros sí existen… incluso cuando llegan envueltos en lágrimas.

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